Sabor a chocolate...
Se trata de una novela tan corta y tan intensa, que una vez empezada no puedes dejar de leerla. Y cuando la terminas, quieres olvidarte de todo y poder recordar cada detalle de la misma. Es un gran coupage (mezcla) de música, ajedrez, silencios, distancias, amor, búsqueda de una felicidad que parece que no quiere llegar, y sobre todo de chocolate, un chocolate dulce pero que también amarga...
Se trata de una novela tan corta y tan intensa, que una vez empezada no puedes dejar de leerla. Y cuando la terminas, quieres olvidarte de todo y poder recordar cada detalle de la misma. Es un gran coupage (mezcla) de música, ajedrez, silencios, distancias, amor, búsqueda de una felicidad que parece que no quiere llegar, y sobre todo de chocolate, un chocolate dulce pero que también amarga...
Después de leer la historia de "Sabor a chocolate"... te apetece probar un bombón... o dos... de esos que elabora el protagonista, Adrián Troadec. Y también... entran unas ganas de salir a disfrutar de la sinfonía de la vida y del amor que vivimos y componemos cada día.
"Alma pensó lo fácil que era ser feliz y lo difícil que ella se lo había puesto a la vida"
"¿Tanto esfuerzo, tantas generaciones luchando por sobrevivir, tanto amor condensado en una persona para que el poder llegue y trunque toda una estirpe familiar?"
¿No te apetece coger esta corta novela entre tus manos y leerla hasta terminarla...?
2 comentarios:
quien te habra recomendado este libro...verdad????
novela deliciosa, corta pero intensa, tanto como una palmera de chocolate de Paquita eh??? ;-)
por cierto, ya he avanzado bastante en el ibro por el que ando y me he quedado blanco!!!!!!!! voy por el avion!!!!
ya te contare....
por cierto, ya he cambiado y creo intuir como acabrá...me equivocaré????
un besote
Siempre me has recomendado buenos libros, y ya sabes que gracias a tus recomendaciones, empecé a coger afición a la lectura hace ¿once años? ¡Cómo pasa el tiempo!
Santi... ya te dije yo que ibas mal encaminado con ese final... (jejeje), a ver si ahora no te equivocas con el final... aunque me temo decirte, que si te pasa como a mí, hasta que no te quede bien poquito... volverás a sorprenderte... quizás esta vez en vez de quedarte blanco te quedes ¿negro?
Ya me contarás...
Por cierto, la próxima vez que vaya a Sol probaré una de esas palmeras... porque de tanto decirlo, ya tengo curiosidad (qué lástima que no te la olvidases el viernes -jeje-)
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